Cuando se trata de lanzar un nuevo producto, el viaje suele comenzar con una gran visión.

Los empresarios están llenos de ideas y ambiciones, deseosos de crear algo innovador.

Sin embargo, es crucial empezar poco a poco, centrarse en lo esencial y validar tu concepto antes de lanzarte de lleno. Aquí es donde entra en juego el Producto Mínimo Viable (PMV).

En este artículo, exploraremos qué es un MVP, por qué es esencial probarlo y la mejor estrategia para hacerlo.

¿Qué es un MVP?

MVP, o Producto Mínimo Viable, es un término que se oye a menudo en el mundo de las startups y del desarrollo de productos.

Pero, ¿qué significa exactamente?

En esencia, un MVP es la versión más pequeña de tu producto previsto. Es la representación despojada y esencial de tu idea.

Cuando lanzamos un producto, tendemos a pensar: “¿Y si añadimos esta característica o aquella otra?” La verdad es que muchos de estos extras no son esenciales para la viabilidad.

La pregunta clave es: ¿cuál es la mejor manera de alinear tu producto con tu visión sin complicarlo en exceso y alcanzando tu objetivo rápidamente?

Se trata de ofrecer la funcionalidad mínima necesaria, no un producto a medio hacer. El MVP debe ser funcional y alinearse con tu visión, aunque carezca de campanas y silbatos.

Así pues, hablemos del MVP, que significa Producto Mínimo Viable.

Hay varias definiciones del MVP, pero en esencia, es la versión más pequeña de tu idea. Está ahí para ayudarte a probar la adecuación de tu producto al mercado.

Una nueva mirada al MVP:

En muchas discusiones sobre los MVP, es posible que se encuentre con una imagen común. Encontrarás esta imagen o algo parecido:

Para aclarar, esta representación de un MVP suele mostrar una progresión gradual de una versión básica a otra más avanzada, lo cual tiene sentido.

Sin embargo, tenemos algunas reservas sobre este modelo.

Implica que un MVP implica un salto significativo de un scooter a un coche, ¡lo que no tiene sentido! En todo caso, deberías mostrar una progresión de un scooter a una motocicleta, que es un modo de transporte diferente.

Si el objetivo final fuera crear un coche, se empezaría con un coche de pedales, luego se pasaría a un kart, y así sucesivamente.

La cuestión es que el MVP no consiste en ofrecer algo no funcional o cambiar tu visión a lo largo del proceso; se trata de ofrecer la funcionalidad mínima requerida.

¿Cuáles son los criterios para probar su MVP?

Hay mucha gente bien relacionada en el mundo de las startups que le dirá cómo medir tu MVP.

En nuestra humilde opinión, la mejor definición es que , aunque tu MVP debe alinearse con tu visión, debes sentirte avergonzado de él.

Si no te avergüenzas de él, es que te has lanzado demasiado tarde. Digamos que ya tienes una página legal o de política de privacidad, un diseño increíblemente bonito en tu MVP, etc.; eso significa que se ha lanzado demasiado tarde .

De nuevo, tu MVP debe adherirse a tu visión, pero deténgate cuando tu visión esté ahí, aunque no lo estén todos los detalles.

¿Por qué es importante probar tu MVP?

Ahora que ya sabes lo que es realmente un MVP, vamos a sumergirnos en por qué es crucial probarlo.

1. Agilidad:

Si has comprendido cuándo lanzar tu MVP y la importancia de no esperar demasiado, verás que la agilidad es un factor importante.

Tu tiempo es finito, y si quieres encontrar una fórmula ganadora, ¡tienes que moverte con rapidez!

Tienes que lanzar algo que encarne tu visión lo antes posible.

2. Alinearse con la visión y el interés:

La gente tolerará la ausencia de páginas legales o de un diseño pulido si compra tu visión.

Si dedicas esos 3 meses a construir esa visión y luego descubres que no hay una adecuación entre el producto y el mercado, sólo habrás perdido 6 meses.

Pero si tardas un año entero en construir y probar tu MVP, habrás perdido un año entero.

Tienes que aceptar que no todos los productos están hechos para durar.

Lo que nos transporta maravillosamente a nuestro siguiente punto:

3. Determinar el ajuste producto-mercado:

Las nociones de MVP y de adecuación producto-mercado están estrechamente vinculadas.

El MVP sirve como herramienta para evaluar la adecuación de tu producto al mercado, haciendo hincapié en la importancia de tener una visión clara de tu producto final.

¿Y por qué querrías poner a prueba tu adecuación producto/mercado? Pues para determinar si realmente existe.

Si no es así, tienes dos opciones: pivotar hacia otra cosa o realizar entrevistas adicionales a los usuarios para comprender sus preferencias.

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¿Cómo probar eficazmente tu MVP?

Al hablar del MVP (Producto Mínimo Viable), es esencial comprender que no se trata sólo del producto o servicio en sí.

Probar un MVP abarca tanto el producto como la estrategia de comunicación que lo acompaña.

Tres componentes clave que hay que probar

Cuando pruebas tu MVP, céntrate en tres componentes principales:

  1. Audiencia/Persona: Determina a quién te diriges. Es crucial identificar y dirigirse claramente a varios públicos para comprender cuál resuena más con cada parte de tu oferta.
  2. Mensaje: ¿Qué le estás diciendo a tu público? ¿Qué características les interesan más?
  1. Canales: ¿Dónde estás comunicando tu mensaje? Ya sea por correo electrónico, LinkedIn u otro canal, el medio puede influir significativamente en la eficacia de tu mensaje.

Realización de la prueba

Para probar eficazmente tu MVP, sigue estos pasos:

  1. Enumera las hipótesis: Empieza por enumerar las distintas combinaciones de público, mensaje y canal que deseas probar.
  1. Lanza campañas: Para cada hipótesis, crea una campaña distinta. Para ello puedes utilizar nuestra propia herramienta: La Growth Machine. Juegue con las personas, el canal utilizado y los distintos textos publicitarios.
  1. Analiza los resultados: A medida que recibas los comentarios, califica las respuestas y/o realiza un seguimiento de las conversiones. Esto te ayudará a determinar qué combinación de público, mensaje y canal es la más eficaz.

Reflexiones finales

Probar un MVP se convierte en una noción bastante sencilla una vez que se tiene una comprensión clara de lo que implica.

Lo que es crucial comprender, y por lo que hacemos hincapié en qué es un MVP y por qué necesitas probarlo, es que cuando realizas pruebas, no estás evaluando únicamente tu producto.

Lo esencial es que hay tres dimensiones que influyen significativamente en tu tasa de conversión:

  • A quién te diriges – La(s) persona(s)
  • Qué les estás diciendo – El mensaje
  • Dónde intentas llegar a ellos – El canal

Estas dimensiones deben probarse por igual.

Además, es vital no hacer suposiciones.

De hecho, es crucial abandonar la idea de que siempre tienes razón.

En su lugar, elabora una lista exhaustiva de todas las pruebas que debes realizar y acércate a ellas con la máxima objetividad. Se lo más humilde posible ante los datos y deja que los resultados guíen tus decisiones.